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La traumatología deportiva ha avanzado mucho en los últimos años, haciendo diagnósticos más tempranos, recomendaciones más precisas, y en ocasiones evita las intervenciones quirúrgicas.
El objetivo es indicar de forma temprana un tratamiento que permita al deportista continuar con la práctica habitual. Gracias a las técnicas de regeneración de tejidos (Medicina Biológica y Regenerativa) se ha acelerado la recuperación de las lesiones.

Por qué se producen las lesiones deportivas.

Existen algunas lesiones que se producen por traumatismos o accidentes (fracturas, luxaciones, roturas fibrilares, etc…). Muchas de las lesiones son debidas, sin embargo, al sobreuso continuado que se hace del aparato locomotor (tendinitis, sobrecargas, fracturas de estrés, etc…).

Mayor incidencia de lesiones deportivas

Las lesiones deportivas han aumentado en los últimos años debido al aumento del número de practicantes y a la exigencia a la que en ocasiones se somete al cuerpo. Todo ello aunado al aumento de la cultura del deporte creado desde bien pequeños.

Deportes de contacto. Rugby, Fútbol, Baloncesto, Balonmano.

Los deportes de contacto tienen gran exigencia física y están expuestos a torsiones y traumatismos indirectos. En estos deportes las lesiones más habituales son las lesiones de los ligamentos de la rodilla, lesiones de los meniscos y lesiones de ligamentos del tobillo, produciendo dolor e inestabilidades crónicas si no se trata a tiempo, pudiendo ralentizar la recuperación del deportista.

Deportes de raqueta y golf. Tenis, Padel, Squash, Golf.

Los deportes de raqueta y el golf exigen golpeos y giros en los que intervienen principalmente las extremidades superiores del cuerpo. Se producen lesiones que comienzan con un mal golpeo o por la realización de un gesto repetitivo y se caracterizan por dolor en aumento y limitación de movilidad. Las lesiones más frecuentes son las lesiones tendinosas del codo y las lesiones tendinosas del hombro.

Atletismo. Salto, Velocistas, Maratón, Lanzamiento…

Los deportes de atletismo son deportes con altas exigencias físicas y musculares. La alta carga de trabajo muscular favorece la aparición de roturas musculares con gran frecuencia, las cuales podemos abordar con rapidez y acelerando la curación con terapias regenerativas. Las lesiones de tobillo por torsión o esguinces son habituales en deportes de salto. Las fracturas de estrés son habituales en corredores de alta distancia.
Una de las lesiones de inicio insidioso y que llegan a ser muy molestas incluso en reposo como la osteopatía de pubis o pubalgia tienen opciones de tratamiento mediante proloterapia.

Deportes de bicicleta y moto. Ciclismo, Mountain bike, Motociclismo.

Estos deportes llevan asociados un alto número de caídas a alta velocidad con impactos directos sobre articulaciones, habitualmente el hombro y las muñecas. Estos traumatismos provocan habitualmente fracturas de las estructuras más débiles. Las lesiones más frecuentes son las fracturas claviculares y las fracturas de muñeca.

Lesiones en deportes de invierno. Esqui, snowboard.

Los deportes invernales como el esqui y el snowboard con frecuencia son el origen de lesiones ligamentosas de la rodilla por torsiones y giros. Es frecuente relacionarlo igualmente con lesiones por luxaciones de hombro y lesiones de las manos. Es importante una rápida atención y diagnóstico para favorecer una pronta recuperación.